Tutmosis III y sus obeliscos...

Tutmosis III, fué un hijo bastardo que Tutmosis II tubo con una concubina mientras compartía trono con la reina Hatshepsut. Fué a la edad de 8 años cuando su padre falleció, y la reina, lejos de permitir que éste niño heredara el trono, hizo la astuta maniobra de tomar su puesto como "corregente", debido a la poca experiencia del pequeño, comprometiéndose a dejar el trono cuando a su tiempo, se casara con la hija de ésta, Neferura.

Pero no fué así como sucedieron las cosas. Tutmosis III fué entronizado, pero Hatshepsut, muy conocida por sus buenas relaciones a base de regalos, puso de su parte a los sacerdotes de Amón, que le dieron el título de "hija de dios", con lo cual la hacía intocable para cualquier mortal, pues tenía a partir de entonces una condición casi divina. Esto hizo que durante 20 largos años, el reinado de Tutmosis III se viera truncado hasta que algunas muertes misteriosas, entre ellas la de la hija de Hatshepsut, hicieran que ella misma dejara su lugar como faraona de Egipto.

Tutmosis tomó su trono y cuando cumplió los 34 años, había convertido a su reino en el más extenso y lleno de riquezas gracias a todas las batallas que el mismo lideró, como buen militar que fué sin perder una sola batalla. Algo que Napoleón no consiguió con su Waterloo.

Seguramente que él no podría imaginar como siglos después, algunos de los obeliscos que construyó, serían llevados a diferentes partes del mundo: Estambúl, Londres, Roma y Nueva York.